Es un nuevo proyecto de Cadem, pensado en convertirse en la principal fuente de consulta en Chile sobre los chilenos. Con ella queremos ir más allá del dato, dándole sentido y relato al cambio del país, ayudando a nuestros clientes a respaldar sus decisiones.
IR A INSIGHT CHILE.CLPlataforma para responder encuestas que reúne a más de 400 mil personas en todo Chile, quienes entregan su opinión sobre diversos temas como política, consumo, marcas, gustos, preferencias o estilos de vida.
IR A CADEMONLINE.CL26 Septiembre 2023
El gerente general de Cadem, Roberto Izikson, comenta la última encuesta Plaza Pública. Y sobre Evelyn Matthei, que dijo no estar dispuesta a gastar su capital político en el apruebo, sostiene: “Tiendo a estar de acuerdo con la alcaldesa. Todo proceso electoral tiene inercias y si se mantiene el estatus quo, este se va a rechazar”.
-El 11 de mayo un 40% apoyaba una nueva Constitución, hoy llega al 21%; es decir ha perdido la mitad. ¿Esta caída tan pronunciada es algo fuera de lo común en este tipo de procesos?
-A mí me parece normal en un proceso que nunca logró conectar emocionalmente con la opinión pública, que evidencia un nivel de desgaste enorme. Aunque comenzó con aspectos positivos como las 12 bases fundamentales gracias a un acuerdo político, se fue enredando con el nombramiento de los expertos, directamente por el Congreso y no con votación popular.
-¿A qué se debe este desafección de la población?
-Este proceso es un zapato chino, una paradoja constitucional. Un 80% estuvo de acuerdo con las 12 bases. Los dos primeros capítulos del Consejo de Expertos lograron más del 70% de apoyo, al igual que las enmiendas del Partido Republicano. Y aún así hoy la propuesta logra apenas el 21% a favor. Es decir, las razones para aprobar o rechazar no son por el contenido constitucional, ni por el anteproyecto ni por las enmiendas republicanas.
-¿Entonces, cuáles son las causas: un hastío, una distancia con el problema constitucional?
-Tiene que ver con el hastío, el cansancio, el contexto, debido a la sobre politización del proceso. Es decir, la gente vota dependiendo de si es de izquierda o de derecha, no por la propuesta. Todas las razones principales vienen desde fuera del texto.
-Comparado con el primer proceso, ¿este ha tenido peor apoyo desde el principio?
-Es un proceso completamente diferente, pero siento que estamos en esa etapa, entre marzo y abril, cuando en el proceso anterior se da vuelta el balance entre el el apruebo y el rechazo, que crece más de diez puntos. Y esa distancia termina sosteniéndose hasta el final.
-En la encuesta miden cómo influye el presidente Boric: si llama a votar a favor complica esa alternativa.
-Claro, si llama a votar apruebo, genera una movilización por estar en contra. Pero si llama a rechazar, tampoco genera un cambio. Lo que la opinión pública parece estar esperando del presidente Boric es prescindencia, a diferencia del proceso anterior, donde se la jugó por completo por el apruebo.
En este escenario, hay una posibilidad de camino. Hoy estamos en 21% a favor; si la propuesta se aprueba solamente con los votos de Chile Vamos y Republicanos puede aspirar a 34. Si además, Kast llama a votar a favor, puede llegar a 37. Pero aún así no apruebas.
-¿Cuál sería la opción?
-Buscar un texto más transversal, apoyado por todos, que sería el único camino posible, al menos en el corto plazo, para que esto termine positivamente.